“El Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) es una fecha que celebran los grupos femeninos en todo el mundo. Esa fecha se conmemora también en las Naciones Unidas y es fiesta nacional en muchos países”, así empieza la introducción por el Día Internacional de la Mujer que brinda la ONU en su página web. Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer, un día que conmemora la ardua pelea que hacen año tras año y día tras día las mujeres para obtener la igualdad con el hombre tanto en lo político, social y económico, como en su desarrollo íntegro como persona. Durante la historia las mujeres desempeñaron un rol fundamental en la sociedad, pero debido al machismo y el pensamiento colectivo, de que la mujer es inferior al hombre, este rol fue menospreciado y avasallado por la sociedad. La lucha por lograr la igualdad surgió por primera vez durante la Revolución Francesa en 1789 donde las mujeres aclamaban que los pedidos de “libertad, igualdad y fraternidad” solo estaban dedicados a los hombres y a ellas se las dejaba a un costado, pero lamentablemente este intento resultó en vano. El eco de la lucha por la igualdad no tuvo fronteras y cruzando el otro extremo del mundo, un movimiento liderado por Kate Sheppard, alcanzó lograr lo imposible cuando en 1893 Nueva Zelanda se convirtió en el primer país en permitir el sufragio femenino sin restricciones. Fue una medida adoptada semanas antes de que se hicieran las elecciones generales, aunque tuvieron que esperar las mujeres hasta 1919 para poder presentarse para cargos políticos.
Cuando se habla de los derechos de la mujer, siempre sale a tema de colación el lavarropas. Este invento fue el primero que intervino directamente en el hogar y ayudó a la mujer a poder quitarse un trabajo que le costaba horas y muchísimo esfuerzo. Antes la mujer para poder lavar las vestimentas tenía que fregarlas duramente contra una tabla o marchar al río más cercano y hacerlo contra una roca (en el caso de no poseer tabla de lavar). Al aparecer el lavarropas, la mujer empezó a tener más tiempo “libre” que le permitía enfocarse en otras cosas, como meterse poco a poco en los asuntos que antes eran más de los hombres.
Históricamente, el 8 de marzo de 1857 se recuerda por una gran marcha que realizaron cientos de mujeres de una fábrica textil de New York en contra de los bajos salarios (un 60% o 70% menos que los hombres) y las condiciones precarias de trabajo (por no decir inhumanas). Otra huelga de mayor magnitud se llevó a cabo el 8 de marzo de 1908, donde más de 40.000 costureras industriales de muchas grandes fábricas textiles de Estados Unidos se declararon en huelga en demanda al derecho de poder unirse a los sindicatos, mejoras salariales, condiciones de trabajo digna, una menor jornada laboral y el cese de la explotación infantil. Este hecho terminó en tragedia cuando los dueños de la fábrica Cotton Textil Factory, en Washington Square, en Nueva York, encerraron a las mujeres trabajadoras en el edificio para que no se sumen a la huelga, pero la fábrica se prendió fuego (por causas desconocidas o no) y 129 mujeres murieron quemadas. Al año siguiente, el 28 de febrero de 1909, se celebró por primera vez en Estados Unidos el Día Nacional de la Mujer en honor a la huelga y la tragedia ocurrida en 1908. Esta celebración que reunió a más de 15.000 mujeres se siguió realizando todos los años el último domingo de Febrero hasta 1913. En 1910 se llevó a cabo la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca, integrada por más de 100 mujeres provenientes de 17 países. Allí demandaron nuevamente el sufragio universal (la primera vez lo pidieron en 1907 cuando se realizó la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Stuttgart, Alemania) y se proclamó que el Día Internacional de la Mujer adoptando en Estados Unidos el 8 de Marzo como su fecha insignia para conmemorar los sucesos de 1908. Llego el 19 de marzo de 1911 y el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez en los países de Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con la participación de más de un millón de personas entre las que se encontraban hombres y mujeres que exigían el derecho a votar, tener una formación y un trabajo, la no discriminación laboral y la posibilidad de ocupar cargos públicos.
Los años subsiguientes varios países se sumaron a la iniciativa, pero estalló la Gran Guerra y la mujer ocupó un papel importante al tener que hacerse cargo de todos los trabajos que antes hacían los hombres y que ahora se encontraban batallando sin saber si volverían a sus hogares. Estando en plena Primera Guerra Mundial, en 1917 el 23 de febrero (8 de marzo según el calendario gregoriano) Rusia se vio afectada por una huelga de mujeres que, con apoyo de los obreros, utilizaron el Día Internacional de la Mujer para demandar “Pan y Paz”. Esto obligó al Zar Nicolás II a abdicar al trono días después poniendo fin al zarismo y llevándose a cabo las primeras elecciones. Otro país que tuvo gran participación a favor de las mujeres fue Uruguay que se convirtió en el primer país Americano en aprobar el sufragio femenino el 3 de julio de 1927 en el Plebiscito de Cerro Chato. Finalizada la Segunda Guerra Mundial se creó, el 24 de octubre de 1945, la Organización de las Naciones Unidades que firmó en ese mismo año el primer acuerdo internacional para consagrar la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre como aspecto fundamental de su razón de ser.
Por su parte, Argentina tuvo que esperar hasta 1946 para que se tuviera en cuenta el rol protagónico de la mujer en la política. Tras las elecciones que proclamaron como Presidente a Juan Domingo Perón, su esposa y Primera Dama, Eva Duarte de Perón, dio un discurso en el que se ponía en jaque al machismo al exigirse la igualdad de derechos para todos los hombres y mujeres y que el sufragio femenino sea Ley para todo el país. Este proyecto de ley fue presentado el 1ro de mayo de 1946, pero no obtuvo quorum hasta el 9 de septiembre de 1947 cuando se sancionó definitivamente la Ley 13.010 que en su primer artículo expresa: “Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos.”
El Día Internacional de la Mujer fue celebrado por la ONU por primera vez el 8 de marzo de 1975, ese mismo año fue proclamado como el Año Internacional de la Mujer y se usó para elaborar un proyecto para poner en marcha la eliminación de la discriminación contra la mujer, así como también la búsqueda de integración de la mujer. Esto marcó un hito en la historia de la lucha de la mujer por adquirir sus derechos, ya que desde entonces el problema de las mujeres se volvió parte del programa de la ONU.
Los años pasaron y un nuevo muro apareció frente a las mujeres: La violencia de género. Es acá donde aparece el lema de Ni Una Menos creado por la poeta mexicana Susana Chávez Castillo, asesinada en 2011 por denunciar los crímenes en contra de las mujeres de su país. Bajo este lema más de 150 mil personas se concentraron en el Congreso de la Nación Argentina el 3 de Junio del 2015 para pegar el grito en el cielo por la cantidad de femicidios y violencia de género (que abarca piropos, acoso y violaciones) que vienen aguantando todos los días las mujeres sin importar la edad. Este pedido de justicia que busca nuevas leyes para garantizar la seguridad de la mujer rápidamente se extendió por todo el mundo, convirtiéndose el 3 de junio en una fecha clave para este tipo de marchas.
A la mujer aún le queda un largo camino por recorrer, pero si algo nos enseñó la historia es que por más difícil que sea ese camino, unidas, las mujeres podrán conseguir lo que vienen buscando desde 1789: “Liberté, égalité, fraternité”.
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