Penas entre 3 y 20 años de cárcel recibieron tres de los seis enjuiciados por el robo seguido del homicidio del industrial Alfonso Ernesto Argüello (76), ocurrido en 2015 en El Fortín. Los otros tres acusados fueron absueltos.
De los seis imputados por el hecho, la Cámara Criminal y Correccional de San Francisco y los jurados populares decidieron que: Gonzalo Javier Allende sea condenado a 16 años de prisión; su hermana, Verónica Lorena Allende, a 3 años de ejecución condicional; Martín Miguel Ibarra a 20 años; en tanto que Miguel Ángel Márquez, Brian Gabriel Hatermann y Maximiliano Roberto Vergara resultaron absueltos.
Márquez estaba imputado como coautor del delito de homicidio en ocasión de robo. Hatermann, del delito de encubrimiento calificado, y Vergara, como coautor de homicidio en ocasión de robo, este último, al ser absuelto recuperó su libertad.
Por su parte, Gonzalo Allende fue hallado autor penal y materialmente responsable de los delitos de violación de domicilio en calidad de autor y homicidio en ocasión de robo, e Ibarra, coautor responsable de los delitos de homicidio en ocasión robo y coautor del delito de robo doblemente calificado por el uso de arma impropia y por uso de arma de fuego. Y Verónica Allende fue declarada partícipe secundaria del delito de robo.
La lectura de los fundamentos de la sentencia tendrá lugar el lunes 29 de mayo a las 12.30.
La situación procesal de Márquez se había aliviado considerablemente ya que ningún testigo lo ubicó en El Fortín el día del fatal asalto. Márquez, por su parte, había declarado que se enteró de lo ocurrido en El Fortín por parte de una tía y que esa noche él estaba con su novia en San Francisco.
Otro de los testigos que declaró fue quien recibió la escopeta robada a Argüello. Señaló que le llegó de manos de uno de sus empleados y que abonó por la misma 400 pesos; precisamente el arma a Ibarra se la habría entregado a un mecánico a cambio de la reparación de su automóvil, al menos así lo expresó el mecánico.
El juicio fue llevado adelante un tribunal colegiado presidido por el vocal de la Cámara Criminal y Correccional de San Francisco Claudio Requena, quien estuvo acompañado por los vocales Mario Comes y Guillermo Rabino. El tribunal se completó con la participación de jurados populares.
La acusación la sustentó el fiscal de instrucción, Bernardo Alberione, quien subrogó al fiscal de cámara.
Las defensas fueron ejercidas por el abogado Luis Moyano en representación de Márquez; la asesora letrada Marcela Beccaría por Vergara; el asesor letrado Alejandro Fauro defendió a los hermanos Allende y Hatermann, mientras que el asesor letrado de Morteros, Gerardo Pérez, defendió a Ibarra.
Un fuerte operativo de seguridad rodeó la salida de familiares en los tribunales de San Francisco, amigos y allegados de los acusados, los vehículos del Servicio Penitenciario encargados de trasladar a los detenidos, que fueron seguidos por móviles del Comando de Acción Preventiva (CAP).
El hecho
Argüello era propietario de la firma Premoldeados Mateo y se dedicaba a la fabricación de equipamiento para tambos y criaderos de cerdos. Era viudo y vivía en una casa ubicada en calle Catalina Bruera, a unos cien metros del edificio municipal y doscientos del destacamento policial.
El cuerpo sin vida del septuagenario fue hallado el miércoles 13 de mayo de 2015, cuando a las 7 de la mañana concurrieron su sobrino y un empleado a despertarlo porque el galpón en donde realizaban las tareas se encontraba cerrado y era común que Argüello antes de irse a la fábrica desayunara con su sobrino y este empleado en el único hotel de El Fortín.
De acuerdo a la investigación, los delincuentes sorprendieron al hombre, lo maniataron en la cama y lo torturaron a los efectos de conocer adónde guardaba los objetos de valor.
La causa del deceso de Argüello fue asfixia mecánica para lo cual los delincuentes utilizaron una venda elástica.
Fuente: La Voz de San Justo