Por el caso Chocolate, ayer por primera vez declaró el único detenido, Germán Matías Gómez (36), quien negó haber despellejado vivo al perro, brutal ataque que una semana después le costó la vida. Además, la defensa pidió su excarcelación bajo fianza.
Ayer también declaró la madre del imputado, Delia Gómez, quien denunció supuestas irregularidades en los distintos allanamientos que se realizaron en el departamento de su hijo, en barrio La Milka.
"Lo detuvieron porque yo denuncié a un policía. Mi hijo es un perejil. Si antes no hablé de esto, es porque primero quería declarar ante la justicia", dijo Delia a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Y sostuvo que "la primera foto que apareció de mi hijo luego de la detención" habría sido difundida por uno de los policías que realizaron los allanamientos. "Denuncié que un policía tomó la foto". La imagen se "viralizó" a las pocas horas de la detención, el 14 de enero.
Delia señaló que el policía -del que afirma no conocer su nombre-, le dijo a Germán tras su detención: "¡Así que tu mamá me denunció?".
Y aseveró que "siempre estuvimos a disposición" de la investigación. "Estoy fuerte porque mi hijo me necesita así, fuerte, en este momento".
"Siempre vivimos en Frontera, nunca tuvimos un problema, luego mi hijo se mudó a San Francisco, yo también. La gente nos conoce, jamás tuvimos problemas con la ley", aseguró Delia, tras declarar en tribunales.
Asimismo, la mujer se refirió a la "condena social" que sufre. "Me amenazaron de la peor manera, me dijeron las peores crueldades".
Y adelantó que tomará acciones judiciales respecto a la familia Salvitti, que en los últimos días vinculó públicamente a su hijo al crimen de Leonardo Salvitti, ocurrido en Frontera en 2005, por el que fue condenado Alberto Saavedra, pero Germán Gómez "jamás estuvo involucrado en la causa judicial".
"El viernes 6 de enero -a cuatro días del hallazgo del perro malherido-, policías de la División Investigaciones (de la departamental San Justo) llegaron al departamento de mi hijo preguntándole si sabía algo del caso del cachorro. Él les dijo que no sabía nada. 'Qué, ¿no tenés Facebook?', le preguntaron. Gernán respondió a cada pregunta. Los policías vieron manchas de aceite que había en la entrada de la casa, en la parte exterior del departamento. También vieron excremento en el piso y él les dijo que era de gato. Pero los policías se burlaron", narró la señora.
"Mi hijo tiene dos perros; la veterinaria que los atiende puede dar constancia del cuidado que les da. Son los hijos que no pudo tener", agregó.
"El martes 10 de enero fue primer allanamiento, llegaron con una orden. Germán me llamó telefónicamente, entonces me dirijo hacia el departamento de mi hijo y ahí estaban tres policías de Investigaciones. Era la segunda vez que venían, pero esta vez, con una orden judicial supuestamente. Yo estuve pendiente de toso lo que hicieron. Vieron las pastillas (psicofármacos), una navaja -la que agarraron sin guantes-, pero dejaron ambos elementos. Nunca mencionaron una bordeadora de césped. Escribieron 'negativo' en la planilla que constataba el procedimiento", recordó Delia.
"'¿Cómo sigue esto?, les pregunté yo. Y el policía me dijo que no me hiciera problema, que esto daba negativo. Le dijo a mi hijo que se dirigiera a la sede policial para que le tomaran una testimonial. Yo lo acompañé y mi hijo ratificó lo mismo del allanamiento. Se le acerca una mujer policía y le dice que él tenía una navaja que había prestado o le había prestado un peluquero. Germán le respondió que eran ellos, los policías, quienes agarraron una navaja. Es peluquero, ¿cómo no va a tener una navaja?", siguió.
"Desde que ese martes que los policías se fueron del departamento, nosotros dejamos todo en su lugar. El miércoles 11, un auto de la policía, pero de civil, sin identificación, estaciona frente al domicilio de mi hijo. Vuelven a ingresar".
"En uno de los allanamientos, cuando Germán abrió la puerta, enseguida el policía le tomó una foto con un celular. Tengo pruebas de ello, de hecho, una testigo que declarará que él estaba vestido con la misma ropa de la foto el día del allanamiento, porque es una clienta que ese día acudió a su peluquería y puede corroborar que estaba así vestido", añadió Delia.
Y contó que el jueves, tras "viralizarse" la imagen del departamento donde vive Germán, recibieron una amenaza afuera de la casa de su hijo. "'¡Matador de perros, te vamos a matar!', le dijeron desde una moto, sujetos que pasaron al frente de su departamento y mi hijo y yo estábamos afuera. Enseguida me dirijo a la departamental San Justo a denunciar el hecho y además, denunciar que un policía tomó la foto".
"A la media hora, la policía regresó al barrio, esta vez, estaban en el departamento lindante (en el que hallaron al perro malherido). Salgo y ahí conozco a la señora Notta -la primera dueña de Chocolate-. Le pregunto qué estaba pasando con los perros, que yo estaba muy preocupada. Acá no se vio nunca a nadie, ¿qué comían esos animales?, ¿qué tomaban?", se preguntó Delia.
"El viernes no pasó nada, el sábado, salgo de trabajar y estaba preocupada por la situación, llamo a un abogado, intuía que algo no estaba bien. Nos fuimos con Germán a visitar mi otra hija que vive en Frontera, pero él seguía muy preocupado, no dormía bien. Ese sábado 12, alrededor de las 15, yo ya de regreso en mi casa -Delia vive en el mismo barrio que su hijo-, golpean la puerta, eran policías que venían a hacer un allanamiento, pero no tocaron nada; en el mismo momento, mi hijo me llama desesperado y me dice que estaban allanado su casa. Prepararon todo para poder llevárselo sin que yo estuviera presente. Lo llevaron como su fuera un delincuente. Recién ese día pidieron la bordeadora ('queremos escuchar el ruido que hace', le dijeron a mi hojo), las pastillas y la navaja, Germán les dijo que se los llevara. Lo presionaron para que declarar que era él el autor del ataque al perro, pero él les respondió que si él supiera quién era el responsable de tan aberrante hecho, esto no estaría pasando, porque él lo hubiese dicho", indicó.
Por último, dijo que "el sábado aparece la única foto que podía haber de mi hijo porque él no tiene Facebook ni ninguna otra red social, esa foto se la tomó ese policía", que días antes regresó al departamento, indicó la mujer dejando deslizar la sospecha de que la difusión de la imagen de su hijo salió de la fuerza policial.
La historia de los cachorros
Recordemos que la señora Notta, había informado que meses atrás apareció en su casa Samanta, la perra que tuvo a Chocolate y sus demás hermanos: "La perra apareció perdida en la casa donde vivíamos y al tiempo quedó preñada y luego tuvo los cachorros. En noviembre pasado mi marido quedó desempleado y nos tuvimos que ir porque la casa pertenecía a su lugar de trabajo".
Notta agregó que donde iban a ir a vivir no tenían lugar para llevar a los canes: "Donde nos íbamos no podíamos tener a los perros. A uno lo logramos a dar a adopción. Entonces la suegra de mi hermano me dice que se quedaba con las dos perritas y de ultima con la mamá".
"Los otros -entre ellos Chocolate- los teníamos que dejar en esta casa de campo -prosiguió la mujer- porque no habíamos encontrado dueños para ellos. Entonces ella (por la suegra de su hermano) dice tráeme a todos hasta que encontremos dueño ante la duda de si les iban a dar de comer".
El día de la agresión
Notta contó que el día de la agresión, la mujer que había quedado a cargo de los perros debió viajar para pasar las fiestas con sus familiares, quedando a cargo una pareja que iba al departamento y les daba de comer. La perra mayor se encontraba en un patio al frente del departamento y los cachorros en uno ubicado al fondo del inmueble.
"Cuando fueron ese lunes a la noche se encontraron con esto", indicó, sobre el hallazgo de Chocolate despellejado vivo.
Fuente: La Voz de San Justo